10 de noviembre de 2011

Ejercicio y su relación con la alimentación

Para mantener un estilo de vida saludable, es totalmente necesario acompañar unos hábitos alimentarios saludables con la práctica frecuente de ejercicio. Una alimentación adecuada dependerá de la intensidad del ejercicio que se realice y su duración. A continuación trataré de explicaros en líneas generales las recomendaciones para una persona no dedicada profesionalmente al ámbito del deporte, sino simplemente dedicada a su salud.
Las recomendaciones en cuanto actividad física se refiere, van desde 4 horas (2 escolares y 2 extraescolares) para niños y adolescentes y un mínimo de 3 días por semana con una duración superior a 30 minutos para adultos.
El ejercicio aporta muchos beneficios para la salud, previniendo enfermedades cardiovasculares, obesidad, estreñimiento, mejora el sistema inmune, etc., al igual que contribuye a mejorar el estado psicológico, mejorando la depresión, aumentando el rendimiento intelectual, etc.
A grandes rasgos y sin entrar en la complejidad de cómo utiliza el cuerpo durante el ejercicio  todos los nutrientes que ingerimos, debemos tener claro que la principal función del ejercicio es el consumo de energía, la cual obtiene utilizando primeramente los hidratos de carbono ingeridos, seguido de las grasas. Solo en casos extremos, como desnutrición o fatiga extrema, se utilizarían las proteínas como combustible,  ya que estas están encargadas de la formación y mantenimiento muscular como función básica y principal.
Los hidratos de carbono son utilizados como energía durante los primeros 30-40 minutos del ejercicio, tanto con ejercicios aeróbicos (cardiovasculares, como caminar, correr, bici, etc.) como anaeróbicos (pesas, abdominales,  ejercicios de tonificación, etc.). A partir de estos 30-40 minutos (dependiendo del ejercicio) el cuerpo utilizará las reservas de grasa de nuestro cuerpo.
De esta manera podréis entender el por qué se recomienda normalmente, junto a una dieta de adelgazamiento, 1 hora de paseo ligero, ya que el cuerpo primeramente utilizará los hidratos de carbono, que ya no se acumularan en forma de grasa, para posteriormente, utilizar durante 20 a 30 minutos siguientes la grasa acumulada,  lo cual favorecerá a la pérdida de peso.
Una práctica constante de ejercicio hace que nuestro organismo vaya renovando los nutrientes, evitando su acumulación y consiguiendo un fluido funcionamiento metabólico que nos hará tener que estar menos pendientes cuando cometamos algún exceso.
¡Eso sí!, no olvidéis la hidratación y rehidratación tras el ejercicio, ya que aunque estemos practicando “deportes de frío”, o perdamos la sensación de sed en algún momento, no significa que nuestro cuerpo no esté utilizando líquidos.

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