Amantes del queso

Si bien el consumo de queso proporciona ventajas como la de ser rico en calcio y fósforo, y tener una larga vida útil, su elevado valor nutritivo, ventajoso en la dieta habitual, resulta ser un gran inconveniente para una dieta de adelgazamiento.

Resulta complicado pedirle a un amante del queso que renuncie a él, pero teniendo en cuenta que en situaciones normales todos deberíamos tomarlos con moderación. Ahora podemos cumplirlo incluyendo en nuestra dieta aquellos, que aunque muchos no los llamarán “queso”, pueden saciar nuestras ansias de abusar.

Actualmente en el mercado encontramos inmensa variedad de ellos, frescos 0% en materia grasa o desnatados, quesos en porciones,  tranchetes,  cremosos, y tiernos en formato light, que puedes permitirte más a menudo (y en ese orden según proporción grasa), e incluso un queso Feta o Mozzarella de vez en cuando,  con menos del 25% de grasa frente al 60% que puede alcanzar ciertos quesos extra-grasos. Reserva los más peligrosos, como el Parmesano, Manchego curado, Roquefort, Gruyere, Cabrales, Brie etc. para ocasiones especiales. Y recuerda que un producto light no significa que no engorde, sino que lo hace menos que el producto original, por lo que igualmente no debemos abusar.