19 de junio de 2012

Cuenta atrás

Con la llegada del verano y el destape, a muchos nos entran las prisas y queremos hacer en 2 meses lo que no hemos hecho a lo largo de todo el año. Es el momento en que las dietas milagro son más requeridas, y en el que todas las revistas nos las venden prometiéndo dejarnos listos en muy poco tiempo y casi sin esfuerzos. Pues bien, lo que estas dietas no nos anuncian son los efectos secundarios como puede ser el “rebote”.
La pérdida de peso adecuada y saludable, para una persona que está dieta, se encuentra entre medio y un kilo semanal, sufriendo variaciones sobre todo al inicio de las mismas si el peso a perder es muy elevado o los hábitos completamente inadecuados.
Está muy bien que con el verano tengamos la excusa o la necesidad de ponernos las pilas, pero ¿por qué no aprovechar esta iniciativa para aprender a comer y librarnos de esos kilos no solo para el verano, sino para siempre?
Las pérdidas bruscas y rápidas de peso exigen un mantenimiento muy controlado si no queremos coger incluso el doble de lo perdido, por lo que a la larga, restringiendo menos, obtendremos los mismos resultados sin agredir a nuestra salud, además de asentar nuestro cuerpo para evitar los temidos “efectos rebote”.
Apúntate a perder peso con cabeza, a aprender a compensar los excesos cuanto antes para que no te pasen factura, en definitiva, a cuidar tu físico pero también tu salud, porque en el fondo, ¿de qué nos sirve ser un 10 por fuera si no estamos bien por dentro?. Créeme, todavía estás a tiempo para sentirte mejor en verano en todos los aspectos.

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