En la adolescencia se disparan las
necesidades energéticas debidas al desarrollo, y es en torno a los 20 años,
cuando estas necesidades comienzan a estancarse y a supeditarse única y
exclusivamente al ejercicio físico que cada persona realiza. A partir de los 40
el consumo celular disminuye, por lo que también deberíamos disminuir la ingesta
calórica, y cuidamos algo mas, ya que aumenta el riesgo de padecer sobrepeso
o/y obesidad.
Y todo esto no se limita a mirar “cuanto”
nos llevamos a la boca, pero sí “qué”. Es imprescindible hacer acopio de las
vitaminas y minerales que la fruta y la verdura fresca nos proporciona, evitar
las grasas saturadas de los productos industriales y no perder el buen hábito
de “moverse”, ya que con la edad también se pierde masa muscular, y el músculo
en sí es un importante quemador de calorías.
No esperéis a conocer los efectos del paso
de la edad, siempre se está a tiempo de adquirir rutinas, aprender como
funciona nuestro cuerpo e invertir en calidad de vida futura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario