Por desgracia para los amantes de la tortilla de
patata, su consumo está prácticamente prohibido en toda dieta de
adelgazamiento. La razón no son los
ingredientes en sí mismos (huevo, patata , cebolla y aceite), que son alimentos
ricos nutricionalmente hablando, si no
la manera de elaborarla, ya que todo el contenido de la tortilla es previamente
frito, siendo el aceite absorbido por los alimentos, mientras que en crudo tiende a resbalar sobre
ellos.
Si echas de menos la tortilla de patata pero no
quieres sumar muchas calorías a tu comida, te sugiero probar un día la tortilla
con la patata y cebolla cocida o asada.
NO ES LO MISMO, pero tampoco aporta las mismas calorías.
Por otro lado, y reduciendo todavía más el aporte
calórico, puedes rebajar la cantidad de patata y sumar verduras o por qué no,
elaborar el mismo FORMATO de la de patata, pero rellena SOLO de verduras.
Pimientos, calabacín, cebolla, tomate, champiñón o cualquier otra que te guste, todas
conjuntan perfectamente.
Igual piensas que si lo que te apetece es una tortilla
de patata esto no saciará tu necesidad, pero te equivocas. Cuidar y variar la
forma de lo que comemos, nos hace disfrutar el mismo alimento de manera
diferente, además de sentirlo distinto en el paladar, y como repito continuamente, EVITAR ABURRIRNOS.
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