El frío de
invierno es el culpable en muchos casos de llevar al olvido el consumo de
verduras y hortalizas frescas en forma de ensaladas. Apetecen mucho más los platos
calientes y los platos de cuchara, pero no hay que olvidar que el consumo de
verduras frescas es igual de importante a lo largo de todo el año, siendo
recomendable al menos una ingesta al día de las mismas en estado CRUDO.
Como siempre,
intento compartir trucos que os ayuden a mantener una dieta equilibrada, así
que os propongo ensaladas en las que los alimentos, normalmente en forma de
proteína que añadimos (p.e. pollo, salchichas, calamares, tortilla, queso,
gambas, pavo, gulas, jamón…), hayan pasado por la sartén o el microondas antes
de ser añadidos a la ensalada. Y no solo las proteínas, también podemos añadir
verduras cocinadas, como espárragos verdes, brócoli hervido, cebolla pochada,
pimientos asados o cualquier otra verdura que se os ocurra. Lo único importante
es cocinarlos sin o con muy poco aceite ya que luego lo añadimos como aliño.
Mezcla
verduras/hortalizas frescas con otros alimentos cocinados (asados, hervidos,
pochados….) y logra una ensalada “de invierno” que apetecerá mucho más comer en
esta época del año.
Otra opción, para
los que van con prisas, consiste en “templar” las ensaladas calentando el aliño
que añadiremos.
Como veis
cosas muy sencillas en las que a veces no caemos.
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